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¿Cuál es el objetivo del aficionado a la fotografía astronómica? A grandes rasgos, podríamos
decir que la meta del astrofotógrafo aficionado es obtener el máximo detalle o belleza de un
objeto celeste, usando si es preciso técnicas digitales, pero sin falsear la realidad. En
este punto es donde resulta más difícil delimitar nuestra actuación, y casi siempre será
uno mismo quien marque los patrones a seguir en el proceso digital. También es verdad que
la astrofotografía es un hobby con pocas posibilidades de contribuir al avance de la
astronomía, pero con un potencial muy grande de crear afición. Así, no merece la pena ser
excesivamente estricto con los métodos empleados para realzar una imagen. Habitualmente, un
procesado excesivo empeora con notoriedad la fotografía, y el propio aficionado lo evita
instintivamente. En último término, el resultado depende en un 90% del material utilizado y
de las condiciones ambientales, y una buena imagen no necesitará excesivos retoques en el
ordenador para mostrar toda su belleza.
Hasta hace muy poco, la fotografía astronómica amateur se realizaba casi exclusivamente con
película química, utilizando cámaras reflex que permiten mantener el obturador abierto para
hacer largas exposiciones. La alternativa, las cámaras CCD astronómicas, resultaba ser
muchísimo más cara. Sus principales ventajas son el propio chip CCD, mucho más sensible a
la incidencia de fotones que las películas de las cámaras convencionales y la inmediatez
del resultado.
En los últimos años se ha popularizado el uso del
sensor CCD de algunos modelos de cámara web, dispositivos pensados para
mantener videoconferencias que han resultado ser muy útiles para los
aficionados a fotografiar el cielo. Su uso, muy sencillo en el caso de
fotografía de objetos luminosos como sol, luna o planetas, se puede
extender a objetos de cielo profundo realizando una pequeña modificación
electrónica en la cámara. Se trata de la modificación de Steve Chambers,
que es el nombre de su inventor, y que se comenta a continuación. También
las cámaras digitales más avanzadas, tema central de este artículo,
incorporan la opción de realizar exposiciones y, como se verá, es factible
su uso para realizar fotografias de cielo profundo. |
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Como decíamos, hace unos tres años Steve Chambers publicó en Internet
(existe mucha información sobre el tema) una modificación electrónica de la cámara WebCam
Philips Vesta Pro que permitía realizar exposiciones para fotografía de cielo profundo.
Poco a poco los aficionados fueron lanzándose a probarla, y hoy día es uno de los métodos
más utilizados para hacer astrofotografía. La modificación no es excesivamen-te complicada,
pero es indispensable disponer del material adecuado para no estropear la cámara. Hay
también ideada una modificación más avanzada que permite refrigerar la cámara con un módulo
Peltier y dividir las capturas en dos tramas. Usando una para guiar el telescopio y la otra
para guardar la información fotográfica.
Tanto en un caso como en otro será siempre necesario tratar digitalmente la serie de
imágenes obtenidas para reducir el ruido electrónico, quitando darks, y las manchas
generadas por el propio sensor, dividiendo por los flats.
Por otro lado y aún
poco utilizadas para estos fines astronómicos, tenemos las cámaras
digitales más avanzadas. Su para fotografía astronómica está aún en
entredicho, pero es probable que con el tiempo, gracias al avance de los
modelos y técnicas de procesado se impongan a las cámaras reflex
convencionales. Se puede argumentar en contra de su adquisición que el
precio de es aún excesivo, y que por este motivo vale más la pena adquirir
una CCD tradicional de uso exclusivamente astronómico. Es obvio que una
cámara digital no puede alcanzar el nivel de una CCD tradicional en la
medida en que esta última está pensada exclusivamente para la fotografía
astronómica, pero también lo es que las CCD tienen precios casi siempre
inalcanzables para un aficionado. Además, la tendencia de estos productos
electrónicos es siempre a abaratarse, o a mantener el precio con unas
mejores prestaciones. No obstante, no se pretende con este artículo
defender que una cámara digital sea mejor o peor que una CCD astronómica,
sino dejar clara la posibilidad de extender su uso al teles-copio y
sacarles el máximo partido. |
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Actualmente existen en el mercado varios modelos que permiten exposiciones
de unos 30 segundos que, gracias a las técnicas de suma digital aplicables con programas
como Iris o Adobe Photoshop, pueden ser suficientes para obtener buenos resultados.
Los modelos más avanzados de Sony, la línea Cybershot DSC7x7 cuenta con las siguientes
características: Resolución máxima de 2560x1920. Media 1280x960. Baja 640x480. Formato:
TIFF, JPG Fine, JPG Standard. 30 segundos de exposición. Niveles de sensibilidad ISO100,
200, 400 y 800. Zoom óptico 5x y digi-tal 10x. Enfoque manual y automático. Pantalla LCD.
Más de 200 minutos de batería funcionando a pleno rendimiento. Óptica Carl Zeiss. Otros
modelos a tener en cuenta son los de la serie Nikon Coolpix, aunque al no tener rosca en
el objetivo resultan más difíciles de acoplar al telescopio.
Por otro lado, comienzan a distribuirse y a bajar de precio las cámaras reflex digitales,
como la Canon D10, con sensores CCD de alta resolución y objetivos intercambiables. Esta
configuración permite realizar exposiciones a foco primario, con una reducción drástica
en el problema del viñeteo, muy molesto en la pro-yección de ocular.
En el caso concreto de la Sony F7x7, la presencia del objetivo hace imposible la captura a
foco primario, y hay que utilizar la proyección de ocular. Esto reduce significativamente
el campo, y aumenta el viñeteo natural del sistema óptico, que habremos de combatir más
adelante con ayuda del tratamiento digital. El primer problema que nos encontramos al
afrontar la captura es el de acoplar correctamente la cámara al telescopio, bien sea para
hacer foco primario con una WebCam SC, bien para proyección de ocular con cámara digital.
Tendremos que hacernos o encargar un adaptador a medida, que fije la cámara con firmeza,
minimizando en la medida de lo posible las tensiones y vibraciones.
El enfoque es una tarea delicada que conviene
realizar con la máxima precisión. Las cámaras permiten enfocar en modo
automático o manual. Habitualmente el objeto a fotografiar no tiene
estrellas brillantes en su proximidad, con lo cual no se ve nada por la
pantalla LCD de la cámara y por lo tanto no hay nada que sirva como
referencia para el enfoque automático. Así, lo adecuado es seleccionar el
enfoque manual y dejarlo en una posición fija, por ejemplo enfocado a
infinito. Como decíamos, lo normal es no ver nada por la panta-lla LCD
cuando apuntamos al objeto, de modo que lo más sencillo ahora es moverse
hasta una estrella brillante para llevar a cabo el enfoque, y regresar
después al objeto fijando la posición del portaocular. Durante las
primeras capturas se terminará de centrar el objeto y se comprobará la
corrección del enfoque. |
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Hay que tener en cuenta también una serie de parámetros de captura. Una de
las opciones que nos dan las cámaras digitales es la de variar la resolución de captura,
640x480, 1280x960, 2560x1920. A mayor re-solución mayor espacio ocupa cada fotografía, con
lo cual habrá que decidir a que tamaño queremos las capturas según la memoria de que
dispongamos y la cantidad de fotografías que queramos realizar. También hay que tener en
cuenta la potencia de nuestro ordenador de trabajo, pues escoger una resolución demasiado
alta puede hacer muy largo el manejo de las fotografías realizadas. Una buena elección es
la resolución media, 1280x960 píxeles, que permite hacer unas doscientas fotografías en una
tarjeta de 128Mb y manejarlas des-pués con rapidez en un ordenador con procesador de 1GHz.
En cuanto a los tiempos de exposición, lo ideal sería utilizar la exposición máxima, pero
nos veremos muchas veces limitados por la capacidad del sistema mecánico de nuestro
telescopio. Una montura corriente pondrá casi siempre de manifiesto el error periódico al
usar un motor en AR, y en casi todas las capturas nos encontraremos con una deriva en las
estrellas. No obstante, con una noche sin viento y un alineamiento me-dianamente correcto
podremos trabajar con tiempos de 30 segundos y sacar bastantes fotos aprovechables. No
digamos si utilizamos algún sistema de seguimiento más avanzado.
También habrá que tener en cuenta la sensibilidad; aunque es posible seleccionar diversos
valores entre 100 y 800 ISO en el caso de la Sony 717 (las Nikon permiten valores más altos
todavía), conviene hacer las capturas al mínimo, ISO100 o ISO200 para evitar el aumento
excesivo del ruido electrónico.
Después de una ardua sesión de capturas llega la hora de la verdad: hay que enfrentarse al
ordenador y conseguir sacar el máximo partido de nuestras imágenes. Existen varios programas
que permiten sumar tomas para lograr una imagen final con información luminosa que no parece
existir en las capturas individuales. La elección de uno u otro dependerá en gran medida de
la cámara utilizada, pues el formato de imagen en la captura, bmp o jpg hará que sea más
cómodo utilizar un software u otro.Después de una ardua sesión de capturas llega la hora
de la verdad: hay que enfrentarse al ordenador y conseguir sacar el máximo partido de
nuestras imágenes. Existen varios programas que permiten sumar tomas para lograr una imagen
final con información luminosa que no parece existir en las capturas individuales. La
elección de uno u otro dependerá en gran medida de la cámara utilizada, pues el formato
de imagen en la captura, bmp o jpg hará que sea más cómodo utilizar un software u otro.
Es indispensable realizar una selección cuidadosa de las imágenes antes de sumarlas. Como se
ha comentado al hablar de las capturas, es habitual que por unas razones u otras salgan
imágenes movidas, en las que las estrellas no son puntuales. Para obtener un resultado
óptimo deberíamos usar tan sólo las que muestren estrellas puntuales o casi puntuales.
También es importante que el objeto permanezca centrado en el campo visual, para captar
mejor toda la información luminosa.
Si capturamos con una WebCam en formato
bmp, seguramente el programa más adecuado para trabajar sea Iris, que
transforma previamente las imágenes a formato fit, permitiendo siempre
automatizar el proceso para series de imágenes. |
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Las cámaras digitales guardan las imágenes comprimidas en formato .jpg, más cómodo de
manejar con Photoshop, sobre todo si se trata de sumar menos de veinte o treinta capturas;
un número reducido, pues con Photoshop no se pueden automatizar procesos.
Si vamos a procesar fotografías en formato .jpg, una forma sencilla de sumarlas es la
siguiente. Se trata de escoger una de las imágenes e ir copiando las demás una por una,
pegándolas encima de la primera. Cada vez que peguemos una nueva imagen, se creará una
capa nueva, que debemos caracterizar como superpuesta en modo trama. Esto equivale a sumar
el valor de los píxeles, y tras hacerlo con todas las imágenes obtendremos la imagen final
bruta, esto es, con todo el ruido y el viñeteo acumulados de cada fotografía individual.
Ahora es el momento de restar las máscaras adecuadas. Crearemos una máscara de viñeteo y la
restaremos. Jugaremos con los niveles de la imagen, con brillo, contraste y equilibrio de
color, hasta obtener el mejor resultado posible. Es aquí donde podemos pecar por exceso e
introducir detalles en la imagen que no se corresponden con la realidad.
Existen programas que permiten reducir el ruido de nuestras imágenes digitales. El principal
problema de un sensor CCD es que el ruido electrónico puede empeorar sustancialmente una
imagen, metiendo el equivalente al grano de una película química. Por nombrar uno bastante
eficaz, podemos mencionar el Neat Image, que dispone de una versión de evaluación que
incorpora sus principales características. Hay además filtros preparados exclusivamente
para la Sony F7x7 (y otros modelos de cámara digital), según el tiempo de exposición
utilizado y la sensibilidad de las capturas.
Aparte del procesado con Adobe Photoshop comentado,
hay algoritmos descritos con precisión para mejorar y extraer detalles con
métodos informáticos. Uno de los más eficaces para el resalte de detalles
es el Unsharp Masking. Consiste en aplicar una máscara de desenfoque, que
reste intensidad a las zonas saturadas con detalle grueso. Hay que
aplicarla con precaución, para no obtener detalles creados exclusivamente
por un exceso de tratamiento digital, y es muy importante que la imagen
original sea buena para sacarle el máximo rendimiento al método. Si la
imagen no es buena el resultado empeorará casi con toda seguridad. El
proceso consistiría en crear una copia de la imagen original, aplicarle un
filtro de desenfoque, por ejemplo un desenfoque gaussiano y reducir brillo
y contraste…Ahora restamos esta máscara a la imagen original, y cobrarán
más relieve los detalles finos, aunque perderemos parte de la intensidad
luminosa y del color.
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